Recorrido a caballo
Desde la inconcebible cercanía que el mundo del más acá nos entrega trasladando nuestro cuerpo y nuestra mente a las proximidades del enigmático mundo del más allá, donde la confundida razón cede su paso al misterio y a la inquebrantable sabiduría de nuestros antepasados, sembrada en sigilosos vestigios aún muchos por redescubrir.
Comienza nuestro recorrido por el magestuoso paisaje cargado de energía trascendental que el espiritu de nuestros ancestros aporta, donde la naturaleza se convierte en el tesoro mas preciado sobre del mundo material, los sentidos se convierten en organos y el pensamiento divaga por los confines del arte y la creación, cosquilleando nuestra piel.
Infinitamente sensible y gratamente acariciada, sorprendida nuestra inquieta vista en aras de escudriñar hasta lo más lejos del horizonte y detallar en cada movimiento minúsculo de los insectos el fundamento de nuestra existencia, el olfato del caminante capta los olores perdidos por el smok de la civilización, parecería que se habitara en nuestra tierra ancestral reviviendo lo importante y valioso del ser humano.
El disfrute de su esencia humana compaginada en el ambiente sano de la naturaleza, descendemos desde nuestra morada hacia nuestro callejón de partida, para el reencuentro con el poblado, y desde éste comenzamos el ascenso hacia el tablón.
Visualmente se tiene la oportunidad de hacer el recorrido desde lo alto, dejando atrás el pueblo, apreciando nuestro paisaje desde otro punto de vista, se aprecia a lado y lado de la vía, casonas antiguas, casas de bahareque, casas campesinas con sus jardines llenos de colores naturales y observando los rasgos indigenas de estas tierras.
En el primer desvio paramos nuestra marcha para abastecernos de biberes, también de esa poderosa bebida prohíbida por los monopolios de nuestra nación, un delicioso guarapo extraído de la caña de azucar que hidrata nuestros exigidos cuerpos menguados durante el recorrido pero, reconfortados en admiración y conocimiento.
Nuestras yeguas buscan el mejor camino para esquivar las piedras lizas del terreno, a lo lejos se ve el cañón del río magdalena, y a un lado de la cuesta, se aprecia nuestro primera estación del recorrido, una casa colorida de madera y barro, "el tablón", es uno de los sitios donde se hallaron estatuas de gran tamaño y de buen tallado, ingresando al museo alli establecido se observa algunas herramientas utilizadas por antiguos moradores de la región.
Los nuevos habitantes de la finca nos entretienen describiendo nuestros destinos con el sistema de numerología de la fecha de nacimiento para luego, continuar con nuestra andanza, descendiendo el resto de loma, disfrutando del barro que del camino salpica como premeditadamente queriendonos palpar y, también gozando de aquel continuo tropiezo con la maleza que por los sendos costados del camino jalonea nuestra vestimenta.
Se percibe esa pendiente que la montaña cada vez más cerca nos ofrece, acompañados por la brisa del cañon nos hace sentir como si fuésemos protagonistas de un pequeño vuelo por la ladera; apeándonos de las bestias, se percibe un aire puro lleno de energía extrasensorial, descendemos por esas empinadas escaleras, apreciamos un conjuntos de rocas de gran tamaño, algunas ofrecen texturas de figuras bastantes borrosas por el trancurrir de los años pero, al final como preciado botín se nos aporta el encuentro con la roca insignia, la más grande, la famosa chaquira que con sus levantados brazos transmitir afanosamente valioso y premonitorio recado quisiera frente al rio Magdalena que hendido en profundo cañon sajado, continúa escribiendo en hermosa y natural partitura su perdurado cauce.
Nos trepamos nuevamente en las bestias, y comenzamos un recorrido entre las fincas aledañas, el primer tropiezo fue un barrial donde los animales se undian hasta la mitad de sus patas, siempre buscando el camino menos profundo y menos humedo, desde alli se aprecian los potreros mas limpios y la influencia de la mano humano. Llegamos hasta el camino carreteable y apreciamos a lo lejos una de las casonas mas hermosas de la region, "Anacaona", que hermosura que se confunde en el paisaje natural.
Giramos a la izquierda y comenzamos nuevamente un camino destapado veredal, se aprecian algunas pequeñas fincas con huertos y algunos frutales, se inicia una pequeña escalada y nos permite apreciar la irregularidad del terreno de aquella región geografica del sur colombiano, a lo lejos atras queda el cañon del rio magdalena y desde alli podemos visualizar un espectacular paisaje. Nos sentimos parte de ese ambiente natural y alegremente saludamos a los pocos campesinos que se ven por los caminos.
Se aprecia el cerro de la pelota, llamado así por su forma perceptible cuasi esférica, cerro que a través del tiempo no ha escapado a la afectación que paulatinamente cada asentamiento en su contra allí coloca, desvántandole apreciablemente.
Aquí el camino concluye, no existe via que permita prolongar nuestros pasos por un transitar previamente preparado y disponible, desde este lugar y dirigiendo nuestra mirada hacia el frente, se observa el cerro del purutal, residencia de los últimos hallazgos descubiertos en San Agustín, esculturas de excelente labrado, característica de diestro tallar, figuras que aún conservan los colores impresos por expertos artesanos de la época. Las más hermosas, según mi criterio, por su muy apreciable belleza que engalana su recorrido, viaje inolvidable, incomparable que otorga este magnetizado territorio a sus visitantes.